carta del colegio de veterinario de Córdoba

abril 9th, 2010 Publicada por alejandra

Córdoba, Enero 19 de 2010.
Sra
Directora del Periódico
LITINDEPENDIENTE
María Alejandra TORTELLI

De nuestra mayor consideración:

Tenemos el agrado de dirigirnos a Usted, como legítimos representantes de la profesión médico veterinaria cordobesa, a fin de requerir de su amabilidad se sirva publicar la presente, en la sección correo de lectores de su publicación, como respuesta a la misiva que, con la firma de la Sra. Betina López, fuera publicada en la edición Nº 27 de Litindependiente.

Desde el momento que la Sra. López hace referencia puntual e insultante a “un profesional de la salud animal”, sin tener el decoro y la valentía de especificar los datos filiatorios de este profesional, nos vemos en la obligación de salir al cruce de las graves e infundadas expresiones de esta lectora, dado que las mismas –por su tácita generalización- afectan a todos y cada uno de los Médicos Veterinarios de la Provincia de Córdoba.

Si tomamos en cuenta el primer párrafo de la carta de marras podemos apreciar que la Sra. López, no siendo Médica Veterinaria, se comporta ella misma como IGNORANTE ya que no tiene formación ni capacitación alguna para saber sobre tema de tal magnitud e importancia como lo es la Salud Pública.

Demuestra su más cruda ignorancia al señalar que ningún perro puede contagiar la triquinosis al ser humano. No sólo ningún perro puede contagiar esta enfermedad (que dicho sea de paso se denomina Trichinellosis), sino que ningún animal en vida puede transmitirla. La difusión de esta grave zoonosis se realiza, en el ser humano, por el consumo de carne de cerdos que contengan en sus músculos las larvas enquistadas de la Trichinella spiralis.
Pero el mismo cerdo, como cualquier otro animal (ratas especialmente, pero también caninos, entre otras varias especies) contrae esta enfermedad al ingerir la carne de animales enfermos. De ahí es que en un basurero, o en un deficiente criadero, se produce el consumo por parte de los cerdos de cadáveres (de otros cerdos, ratas y -¿por qué no de perros?- ) que puede dar lugar, tarde o temprano a un brote de trichinellosis entre los seres humanos.

La afirmación que realizamos es tan precisa que la misma Sra López reconoce que la Protectora de Animales de la que forma parte resolvió, conjuntamente con la Municipalidad de Bell Ville y el SENASA, realizar una serie de acciones para contrarrestar la “posibilidad cierta” (sic) que los perros alojados en el predio de la protectora pudieran padecer esta enfermedad. Si vincular al perro con la trichinellosis son expresiones “maliciosas, erróneas y mentirosas”, ¿por qué la Protectora se avino a realizar las tareas minuciosamente detalladas”?, ¿el Municipio y el SENASA se hacen eco de afirmaciones “inaceptables y vergonzosas”?.
Lo lamentable y vergonzoso es que una integrante de la protectora reconozca, indirectamente, que los animales alojados en los caniles –y cuyo bienestar debería ser razón de ser de estas entidades- no estaban correctamente identificados, se hallaban deficientemente contenidos, convivían con ratas (transmisoras de un sinfín de enfermedades al ser humano y los animales) y se alimentaban de desechos, eufemísticamente señalados como “comida elaborada”).

También resulta preocupante que se argumente que los 170 canes alojados en los caniles están condenados a cadena perpetua debido a la interdicción dispuesta por las autoridades sanitarias. Estos animales, como la mayoría de los animales que subsisten en los refugios, están condenados a morir allí desde el mismo momento que entraron, dado que es una realidad lamentable, pero realidad al fin, que los canes adultos abandonados son difíciles de reubicar y que los cachorros tienen muy pocas chances de sobrevivir en un refugio.

Haciendo a un lado la deplorable actitud de la Sra. López, reconocemos el mérito de muchas instituciones y particulares que, en aras de un bien entendido proteccionismo, tratan de ayudar a los animales desamparados y paliar el problema de la sobrepoblación animal. Pero reafirmamos nuestra postura en el sentido de que la solución a este problema, que afecta principalmente el Bienestar Comunitario, pasa por incentivar la Tenencia Responsable de las Mascotas, esto es reconocer que el animal abandonado es fruto de la desidia y crueldad de alguna persona que debe ser obligada –por la ley, las autoridades, las entidades proteccionistas, los médicos veterinarios y la comunidad en general- a hacerse cargo en primera y única persona del mantenimiento, contención y sanidad de la mascota que libremente introdujo en su hogar.

El Colegio Médico Veterinario de la Provincia de Córdoba, lejos de entrar en agravios y discusiones estériles, realiza una intensa y continua campaña de educación masiva, de la que se hacen eco colegas como la Dra. Karina Torrez, quien publicara el mensaje institucional sobre Tenencia Responsable de Mascotas (Litindependiente, Nº 27, pág. 6).

Agradeciendo la atención dispensada a la presente, hacemos propicia la oportunidad para saludar a Usted muy atentamente.-

Marcelo R. ROCCHIA Carlos A. SOSA
Secretario Presidente

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