abril 4th, 2010
Publicada por alejandra
¿Qué hacer en vacaciones?
Velocímetro en retroceso
Es bueno planificar loas vacaciones pero fundamentalmente, el esquema tiene que contemplar un tiempo para desacelerar, ya sea de turista o en casa.
El estrés y la tensión con los que llegamos a fin de año, no desaparecen por arte de magia. El “enlentecimiento” se logra paulatinamente y “lo que más le cuesta a la gente es no hacer nada, el ocio en tiempo de ocio”, explica el psiquiatra Nicolás Garcia Galván.
La idea de ir más lento tomó auge en el movimiento show que promueve, precisamente, administrar el tiempo de forma más tranquila y vivir la comida, las reuniones con amigos, los desayunos y las actividades laborales en una frecuencia desacelerada, donde uno es el artífice de crearse un entorno reposado.
“El cuerpo y el cerebro tienen mecanismos naturales de recuperación en reposo, indicó Garcia Galván, y la recarga de energía se produce cuando disminuye el desgaste que produce el estrés.
El funcionamiento más lento-aclara el especialista- permite absorber más nutrientes, vitaminas y minerales, y activar mecanismos de reparación biológicos, psicológicos y sociales entre otros”.
No privarse
Dormir cuanto uno quiera, incluida la siesta, es una excelente forma de empezar a renovarse.
En el grupo familiar o con amigos, es importante recordar que las vacaciones son para todos, por lo que la distribución de tareas como limpiezas, cuidados de niños y preparación de comidas, tienen que ser equitativas.
El respeto de los tiempos y espacios de los seres con quienes compartimos las vacaciones es fundamental para no recargarse uno ni a los otros. En este sentido, una buena base son los acuerdos sobre las actividades por realizar y su momento, equilibrando los deseos de cada uno.
Las lecturas de verano facilitan el transporte a otra dimensión, donde uno se encuentra con historias, aventuras y reflexiones en cualquier tiempo y espacio.
Las comidas con fuerte aporte de verduras y frutas dan un respiro al cuerpo de las contundentes calorías ingeridas en el invierno.
Juegos de mesa o al aire libre, experimentos en la cocina, caminatas tranquilas, películas que se nos pasaron, masajes, tai chi o incursionar en alguna actividad artesanal, son una de las tantas alternativas que se pueden combinar para despejar lamente y relajar todo, incluido el tiempo.
