La crisis tocó fondo, y la tolerancia también
El conflicto docente se ve agravado. A la falta de aumentos salariales que sufren los docentes desde el año pasado, congelados cuando todo aumento en forma abismal, se le suma el malestar que generan los paros y asambleas.
Por un lado, es de entender que los docentes solamente pueden protestar por sus salarios magros mediante el paro y la asamblea, y que necesitan que la sociedad entienda que son trabajadores. Entender al sector es bastante difícil ya que ellos mismos se definen como particulares. Los docentes trabajan con sujetos: niños, adolescentes o adultos y el grupo de padres y pares. Lo que implica que se relacionan constantemente creándose relaciones de empatía. No obstante, no dejan de ser un sector de TRABAJADORES.
Por otro lado, el gobierno quiere dar aumentos en negro cuando al común de la gente se les pide que blanquee o que regularicen sus situaciones fiscales. Más aún se planifica un aumento de impuesto y es al único sector que se les quiere descontar los paros.
Y en todo éste conflicto , también están involucradas las familias los padres, que cuando comienzan los paros y las asambleas , se olvidan que esos docentes son los que educan a sus hijos y les reclaman que se olviden de medidas de fuerzas porque no saben que hacer con los niños. Ni que hablar de los niños que pierden el ritmo de estudio entre otras cosas
Tolerancia cero. La crisis está instalada desde hace un tiempo en la sociedad, pero actualmente se acabaron las reservas. Hoy se vive del sueldo, al día y sinceramente ya no alcanza. Tolerancia, ya se acaba, porque lo peor de esta situación es no ver las necesidades del otro y tratar de salvarse como puede y según nuestras comodidades.